EL PARTIDO

Ni con un incentivo de por medio el equipo aurinegro pudo vestir de alegría la siesta saturnina de autopista. El calentamiento previo mostró muchas ganas de revertir la historia de este campeonato. Al igual que los primeros 35 minutos, que mostraron a un Pilarenses ahogando al rival con una y otra corrida ligera del platinado y carilindo de los Chiaraviglio. Mientras tanto, el rellenito y también carilindo de la familia, solo atinaba a pegar ya sus clásicos y cansadores gritos de reclamo arbitral, ya que tuvo poco y nada de trabajo bajo los 3 palos.

El andarivel diestro mostraba a un Pacha Riedweg encendido, pero poco preciso a la hora del toque final. Solo un centro exacto, el cual localizó una media chilena casi perfecta del Gordo Gueli, que salió muy pegada al palo derecho del arquero santafesino.

La defensa mostró los obvios desordenes que puede mostrar cualquier línea armada casi por completo en la novedad, pero fuera de eso, fue penetrada muy pocas veces en el primer lapso de juego.

Ya en la etapa complementaria, los pueblerinos se complicaron solos, Scratch mandó más gente al ataque y se cumple la regla de que cuando no metes goles en un arco, los recibís en el tuyo.

Un centro desde la izquierda pasa por encima de toda la defensa como un globo aerostático navideño, Bordinac calcula mal el salto para cortarlo, y el balón quedá en los pies de un delantero azulado, quien luego de un cruce con la humanidad de Viotti, al querer pausar dicho ataque, la bocha le queda a otro atacante que se acercaba por el medio. Solo resto mandar la esfera a la red y estampar inmerecidamente el 1 a 0.

Los ingresos de los 3 suplentes no fueron basta para cambiar un poco el aire que faltaba en el medio.

Nerviosismo, desorden, cansancio y quejas son las características típicas que muestran los de Pilar cuando van en desventaja, sobretodo cuando el juez de línea, tras despeje/centro de Kunz, divisa un off side al tumulto, evitándole el grito de gol a un Gueli que a todo esto ya la había bajado, mareado y mandado a guardar sin resentimiento alguno. Son en vano las súplicas, el arbitro le da la razón a su colega y el partido sigue por la misma línea.

Una avivada de los suplentes ganadores, hacen desaparecer como por acto de magia uno de los balones. Por ende, cada pelota que salía afuera, era un minuto menos para descontar.

De golpe, todo se desploma con una media vuelta del flaco y largo 9 de ellos, al angúlo de Panda. 2 a 0 abajo y con menos juego que tiempo para al menos llevarse un punto para casa. Quedando todavía 10 minutos, el dt arma un esquema 3-4-3 poco aprovechado por sus jugadores. Manda de 9 al Ogro Bustos, para que junto al Gasti ayuden al Gordo, no pudieron cumplir con el deseo de Kike y el final llegó al unísono silbatazo arbitral.

Con este resultado, Pilarenses gana 3, empata 1 y pierde 3; queda en mitad de tabla, con 3 partidos menos jugados que la mayoría pero dejando en claro otra vez que no es invencible ni vistoso. Que sin sus centrales grandotes la defensa es más débil. Pero que cuando están ellos tampoco se hace una diferencia exagerada. Y que aunque la delantera parezca perfecta, los goles no llegan y los partidos pasan. Solamente debe concentrarse en no perder más y salir de entrada a cuidar el punto que te regala el pitazo inicial, implorando que entre alguna de las pocas que se generan en 70 minutos, tartando de cumpir un papel digno, que conserve al equipo cibernético en la categoría mayor de Liga I.

TA´LENTO RAVASIO

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